jueves, 20 de septiembre de 2012

A propósito del proyecto de ley que propone el derecho a voto a partir de los 16 años

El debate sobre el proyecto de ley que propone el derecho a voto optativo para jovenes entre 16 y 18 años, nos invita a expresar una voz en el asunto. Reconociendo a los jovenes como sujetos políticos, tenemos un buen punto de partida para reflexionar sobre la realidad de miles de adolescentes en nuestro país.

En primer lugar, vemos en esta iniciativa una ampliación de derechos, como también una buena posibilidad de reafirmar la participación política de la juventud. Durante largo tiempo los jóvenes hemos sido estigmatizados de las formas más diversas: ya sea como una generación sin proyectos, absorbida por el individualismo y el culto al consumo o incluso como sujetos potencialmente peligrosos. Esto último aparece de manera abierta en proyectos como el que reclama la baja de la edad de imputabilidad, iniciativa que casualmente fue puesta en la agenda pública por Daniel Scioli, gobernador del oficialismo. Por el contrario, entendemos que los jóvenes hemos demostrado una profunda vocación política en la historia de nuestro país, como también a lo largo y ancho de Nuestra América. Allí donde se desarrollaron los cambios más profundos y los procesos sociales masivos, la juventud fue una de sus protagonistas.

Ahora bien: sería ingenuo entender este acceso a las urnas como una democratización de la práctica política en si misma. Porque detrás de la mirada social sobre nuestros jóvenes, detrás de los posicionaimientos intelectuales y la busqueda en vano por asignar una edad que determine la madración intelectual, están las condiciones materiales de millones de niños, niñas y adolescentes. Entendemos que ese es el marco necesario (imprecindible) para desarrollar este debate .

Las posibilidades de integrarnos en forma plena a la vida política de nuestro país, nos obliga a reconocer también las condiciones de nuestros jovenes y la situación de vulnerabilidad de derechos ya conquistados. Mientras muchas provincias han dictado legislaciones progresistas – por caso, en la Provincia de Buenos Aires la ley 13.298 de Promoción y Protección Integral de los Derechos de los Niño – al mismo tiempo se desfinancian las políticas públicas orientadas a los jóvenes, se estigmatiza a los chicos pobres por el solo hecho de ser pobres y se vincula a buena parte de los adolescentes con la inseguridad y el delito. En este último caso, también es importante reconocer que la edad de votación y la edad de imputabilidad responden a fenómenos sociales distintos. Insistimos que no se trata de determinar una edad biológica donde asumir derechos y obligaciones dispares, sino ubicar en el contexto las necesidades reales de nuestra sociedad. Asi es que a la hora de discutir la baja de la edad de imputabilidad, se pone en juego la orientación de las políticas públicas en materia de seguridad, donde los jovenes aparecen como chivo expiatorio de una problemática social.

Creemos entonces que este debate debe encontrar a los legisladores y al conjunto de la sociedad discutiendo la situación de nuestros jóvenes, como así también apoyando mayores niveles de participación. Sostenemos que además de tener toda una historia y un presente en la vida política de nuestro país, somos también una enorme proyección de futuro.  Estamos dispuestos a seguir poniendo en disputa el sentido de la política: generando nuevas herramientas para el campo popular, participando de espacios políticos, gremiales y culturales, generando pensamiento y acción crítica, escapando al conformismo, recreando nuestro espíritu rebelde y disruptivo, y con el desafío de seguir construyendo nuevos horizontes hacia donde caminar.

ENEOB - Encuentro Nacional de Estudiantes de Organizaciones de Base

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